El sabor del olvido

sábado, 6 de octubre de 2007




Ella y su recuerdo quedan atrás.
Formando la parte de mí que no se ve.

Yo con mis palabras quedo atrás.
Formando la parte
que ella empieza a olvidar.

Dias de invierno en este pequeño pueblo.
Siento el frío y el sabor del olvido.

después de todo en estas callecitas añejas quedan
los pedazos de mi historia, los destellos de mi destino


En tu suelo vi crecer mi sombra,
y la distancia

y en tu cielo vas borrando
su carita de mi memoria.

y de mi historia

Eres sueño

no se por qué te escribo, escencia.
si no te pude descubrir en la vida
no sé si te espero, ausencia,
o si entre las ondas te asumo perdida.

esperanza, infinita.
posaste tu cuerpo en el del horizonte
y yo tropezándo y buscándote cerca
no se en el aire o de veras existes,
no importa.

Amantequilla





¿por qué me gustas tanto? Mantequilla.
Ya me han dicho: que no es buena. que es de grasa, que es grosera.
pero me gusta y no es ella solamente,
es su aroma su textura, y lo que siento frente a ella
Nuestro encuentro siempre es breve, momentáneo, pasajero.
pero encuentras en mi vida aquel segundo que es eterno.
Tú en mis labios, yo en tu cuerpo. Voy sintiendo que te entregas.
Y tus brazos se me aferran, suavemente, con tus miedos.
Yo camino por la vida y apareces nuevamente ¡¡¡Mantequilla!!!
Y es que sabes fundirte tan bien, te voy abrigando en mi cuerpo.
Sabes tan bien que eres para mí, mis sentidos son tuyos cuando estás aquí.
En tu mente me esperabas, en espíritu te siento
en la fuerza que me entregas alimento tu existencia.
En la puerta de mi cielo donde yace nuestro encuentro
Se vislumbra la salida de emergencia del infierno.
como nadie estamos cerca
como nadie yo te entiendo.